El truco del día

El teléfono debiera de ser un utensilio para comunicar las cosas más urgentes. Para contarnos la vida, siempre es mejor quedar cara a cara. Mejor, y más barato.

Ponte un límite por llamada. Cinco o diez minutos.

No hace falta que digas "Oye, tengo un límite así que háblame rápido".

Simplemente di algo como "Sólo tengo unos minutos, mi madre me va a llamar ahora", "Tengo la comida en el horno" o "Salgo ahora a comprar; me cierran la tienda".

¡No pongas siempre la misma disculpa, claro!

Este método te permitirá hablar igualmente con tus amigos, pero sin perder media hora en el cotilleo innecesario. En cinco minutos podréis hablar de las cosas importantes con comodidad.